Elon Musk compra Twitter, la izquierda llora
27 de abril de 2022 Deja un comentario
No hace ni 24 horas que publiqué mi blog de por qué me siento «anti-izquierda», pero es que la reciente compra por Elon Musk de la red social Twitter y las reacciones que ha levantado en el sector de la izquierda, no solo española, también americana, me fuerza a profundizar en esta materia.
En primer lugar nos deberíamos preguntar ¿por qué la izquierda está llorando tras la compra de Twitter por parte de Elon Musk? Porque Elon Musk ha afirmado públicamente que compra Twitter para acabar con su censura. Literalmente comparó a Twitter con «la plaza del pueblo» donde se intercambian opiniones y que afecta a la democracia la censura con la que se estaba actuando, censura que confirmó mediante una encuesta en la que votaron miles de usuarios de todo el mundo, con más del 70% de ellos diciendo que sienten que Twitter censura cosas que no consideran censurables.
Que alguien llore porque un millonario ha comprado una red social para acabar con la censura de la misma creo que a cualquier persona cuerda lo primero que le pasaría por la cabeza es que el que llora lo hace porque es un censor, porque no tolera la libertad de expresión. Y así es, la izquierda habla de «libertad de expresión» cuando realmente solo quiere decir libertad de expresar opiniones de izquierda, censurando a la derecha. Ya puse el ejemplo de «Ruben Hood», pero es que más reciente todavía es lo que dijo el ex-vice presidente del Gobierno de España, Pablo Iglesias, afirmando que si Margallo dice que al PP no le queda otra que juntarse con Vox, entonces hay que hacer un cordón sanitario (bonito eufemismo de censura y marginamiento) a la derecha, a toda la derecha.
Y así tenemos a una buena cantidad de progres llorando por la compra de Twitter con el objetivo de acabar con la censura. Claramente vivimos en una dictadura orwelliana, o al menos la izquierda está trabajando duro para conseguirlo, y coinciden con la novela 1984 hasta en la perversión del lenguaje, utilizando una neolengua para adaptar sus maldades a palabras más bonitas como lo de «cordón sanitario», por ejemplo. La izquierda siempre encuentra el eufemismo para suavizar el impacto cuando quieren decir algo malo que va con ellos y no pueden achacar a la derecha, si es algo malo de la derecha entonces ahí ya no se molestan en utilizar eufemismos, tiene que sonar mal cuando se trata de desprestigiar a la derecha.
Y algunos llevan la demagogia tan en la sangre que no pueden evitar salir con argumentos como: «Con 44.000 millones de dólares (lo que le ha costado a Musk comprar Twitter) se podría acabar con el hambre en el mundo durante un año cuatro veces» Alan Barroso, politólogo y enchufado de la izquierda. Al pobre chaval tampoco le daba como para decir acabar con el hambre en el mundo durante cuatro años. Pero dejando a un lado ese pequeño detalle, el político de «ultraderecha» Espinosa de los Monteros, ése que tiene parientes en todos lados, hasta en fotos en las que sale Hitler; ha desmontado esa afirmación demagoga de Alan Barroso tomando datos oficiales de ACNUR que cifran en 800 millones de personas que estarían pasando hambre en el planeta, y que, simbólicamente, consideran que con 2 dólares diarios se podría alimentar a cada persona, por lo que haciendo matemáticas, solo podría alimentarse a esos 800 millones de personas durante 27,5 días. Y no el año entero multiplicado por cuatro.
También Juan Ramón Rallo le ha dado una bonita respuesta diciendo que los vendedores de esas acciones ahora disponen, en conjunto, de esos 44.000 millones de dólares con los que podrán acabar con el hambre en el mundo. Supongo que ese dinero será igual de válido lo ponga Musk o lo pongan los antiguos accionistas de Twitter.
Con esta entrada no hago más que reforzar mi sentimiento «anti-izquierda», censora, mentirosa y manipuladora. Como ya dije, me duele más porque la izquierda se pinta a sí misma, constantemente, como la ideología de los buenos. La ideología de la democracia (en la que censuran), de la defensa de los trabajadores (mientras aprueban medidas que crean más desempleo), de la igualdad (mientras liquidan los derechos de los hombres) y de la pulcritud democrática (mientras aparecen escándalos como los de los ERE en Andalucía).
Estoy harto de ver cómo presumen de ser «los buenos» mientras hay ejemplos para dar y regalar de cómo la izquierda está llena de corrupción y de falsedades. La derecha no serán todo eso que la izquierda dice ser, pero no es. Pero al menos la derecha no alcanza tales cotas de cinismo como la izquierda y, sobre todo, la derecha capitalista suele traer más prosperidad que la izquierda socialista.